miércoles, 23 de julio de 2014

Alila Jabal Akhdar



Jabal Al Akhdar, Nizwa
Omán

http://www.alilahotels.com/jabalakhdar

Hay paisajes tan impresionantes que sobrecogen y son, por si mismos, fuente de intensas emociones. Este es el caso de Jabal Aghdar una montaña en Omán que forma parte de la cordillera que, tierra adentro, sigue la
línea de la costa. Omán es un país amable, tranquilo y hospitalario, y seducido por un mar que le sirvió para comerciar y para crear un pequeño imperio. Pero si de la orilla partieron barcos a Zanzíbar y hasta Filipinas, del interior solo se pudo esperar alimento para unas
pocas cabras y algunas familias.

Los paisajes más espectacularmente áridos del planeta se encuentran aquí, en el macizo de Al Hajar, una tierra reseca y torturada que estremece porque parece un paisaje de
ciencia ficción. La erosión a lo largo de los siglos ha dejado sin tierra la roca de las montañas y ha horadado profundos cañones donde la vida parece imposible. Conocer los lugares extremos de la tierra, aquellos de los que la vegetación y los hombres
han sido expulsados, produce una sensación de vértigo porque supone contemplar más allá de las fronteras de la vida. Aunque no todo es así, porque en las proximidades crecen también frutales y rosas de Damasco que dan un toque de humanidad al conjunto.

El hotel Alila Jabal Akhdar se ha construido para ofrecer a quienes acuden a él estas sensaciones extremas, para poner ante los ojos de quienes viven en él un mundo en el que la naturaleza muestra su cara más hostil y ha puesto severos límites a la
presencia humana. Alojarse en el Alila Jabal Akhdar es algo parecido a estar cerca de marte. Pero hablamos de estar con todas las comodidades y con los mejores servicios.

El hotel se ha construido al borde de un profundo tajo
en la tierra, con vistas a las cumbres montañosas de alrededor. Las habitaciones son todas de lujo y las vistas magníficas en todas direcciones. E incluso, en medio del desierto, cuenta con una piscina para extremar el contraste entre
el mundo confortable del hotel y el del entorno.

Pero el Alia Jabal Akhdar no se agota en la contemplación de los paisajes y en saborear el paso del tiempo. Ofrece, además, la posibilidad de moverse por los alrededores. Hacer
caminatas, recorrer los cañones y visitar alguna de las comunidades próximas dará la ocasión de familiarizarse con ese Omán de tierra adentro, arisco y acogedor al mismo tiempo y de perfiles impresionantes.

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