Uluru-Kata Tjuta - Australia
http://www.longitude131.com.au/
Es difícil acercarse a otras culturas y creencias y darles la misma importancia que nosotros les damos a las muestras. Y lo es más todavía cuando se trata de culturas y creencias indígenas que caen muy lejos de los espacios de
sensibilidad a los que estamos acostumbrados.
La Ayers Rock se levanta en mitad de un páramo infinito como una roca colosal. Su tamaño y el entorno entero impresionan. Pero para los maoríes es mucho más que un accidente geográfico de
tamaño singular. Tiene que ver con sus dioses y su importancia es espiritual. Su soledad y el contraste con el paisaje que la rodea son muestras de su esencia sobrenatural.
El hotel Longitude 131 está instalado también en la soledad y trata de no perturbar el silencio y la tensa armonía que envuelve la Ayers Rock. Está a una distancia que se diría de respeto de la gran piedra. Una distancia desde la que se contempla entera, y como el único punto relevante en el paisaje, la monumental meseta rocosa. La vista es la misma que debían tener los aborígenes que vivieron en la región desde tiempo inmemorial.
Pero las comodidades son, naturalmente, otras. El hotel se organiza a base de bungalows agrupados en unas pocas líneas, cubiertos por una vela blanca que les sirve de techo y que abre las habitaciones al aire y los sonidos del entorno. Mobiliario de madera y decoración al gusto británico indican que, fantasías aparte, se trata de un hotel de lujo y recuerdan que los primeros europeos que disfrutaron de este territorio fueron los clásicos viajeros ingleses.
Bañera en las habitaciones, piscina bajo el sol, cenador bajo las estrellas y un servicio extraordinario atemperan el rigor del clima y del paisaje y permiten a los viajeros de hoy gozar, de forma excepcional, de este lugar lleno de energías y emociones.
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