Hoteles Singulares: diciembre 2009

martes, 29 de diciembre de 2009

Lamu House

Lamu, Kenia

A Lamu hay que ir expresamente. No está de camino a ninguna parte ni figura –afortunadamente- en el catálogo turístico de lugares donde ir de vacaciones.

Lamu ha sido hasta ahora el

destino de unos pocos ‘connaisseurs’ en busca de espacios -¿paraísos?- no hollados y acogedores.

Al norte de Kenia, Lamu es una pequeña isla. Por ella no circulan coches, su capital es Patrimonio de la Humanidad, los desplazamientos de un lugar a otro se efectúan todavía en dhow, la embarcación tradicional de las orillas del Índico, y sus playas de arena de una belleza legendaria.

Lamu House es seguramente el mejor hotel de la isla. Situado frente al mar, ocupa un conjunto de casas del más puro estilo swahili, es decir, herederas de las que mandaron construir los ricos mercaderes que comerciaban con Zanzíbar, Arabia, la India, hasta Filipinas.

Situadas en torno a un gran patio, todo en el interior de hotel respira quietud e intimidad.

Una gran piscina y otras más pequeñas brillan al sol y marcan, con su azul transparente, el contraste con el blanco de los muros, el

marrón muy oscuro de los tejados hechos de hojas de palmera, y el verde de las plantas que dan vida a cada rincón.

Las habitaciones con techos donde destaca la madera, muros con cenefas y hornacinas y muebles como los que decoraban las antiguas casas swahilis, miran al exterior por

ventanas, patios y terrazas y crean la sensación de una vida al aire libre.

Cuidadísimo en todos los detalles, esmerado hasta el extremo en el servicio, Lamu House ofrece lo mejor de este rincón que ha heredado de África y del mundo árabe sus tradiciones y que se mantiene hoy como un lugar excepcional.

La web

miércoles, 16 de diciembre de 2009

Kakslauttanen Hotel

Saarisleka, Finlandia

www.kakslauttanen.fi

Algunos personajes, reales o ficticios, parecen indisociables de determinados paisajes. A Lawrence de Arabia, por ejemplo, inmediatamente lo imaginamos con el desierto de fondo, a Tarzán con la selva y a Papá Noel y su trineo, con el Polo Norte.

En tiempo de fiestas Navideñas -y dado a que las agotadoras campañas publicitarias nos remiten más al Círculo Polar Ártico que a Tierra Santa- hemos seguido la corriente y hemos viajado a tierra de Papá Noel. O quizás, porque estamos en invierno, y puestos a pasar frío, hemos decidido disfrutarlo en su mayor exponente.

En Laponia se encuentra la casa oficial de Papá Noel y es allí, en su zona finlandesa, donde encontramos el Kakslauttanen Hotel. Se trata de un pequeño complejo hotelero, donde encontraremos diversas formas de alojamiento en los que refugiarnos del frío polar. El más llamativo de ellos, el Igloo Village, donde, además de los tradicionales iglúes de hielo, encontramos iglúes de cristal.

Construidos con un cristal térmico especial, permiten al huésped tener la sensación de estar durmiendo en una burbuja bajo las estrellas. Todo un lujo si sabemos que estamos en uno de los mejores sitios para observar la aurora boreal, uno de los más impresionantes espectáculos de la naturaleza.

Cada iglú dispone de un acogedor espacio para dos personas, además de un pequeño lavabo. Los demás servicios se encuentran en cabañas o zonas comunes del hotel. No olvidemos que la fortuna está en sentirse resguardado cuando la temperatura exterior ronda los -30ªC, y al mismo tiempo poder observar como las luces del Norte tiñen el cielo de colores.

miércoles, 2 de diciembre de 2009

Rough Luxe Hotel

1 Birkenhead Street
WC1H 8BA - Londres

www.roughluxehotel.co.uk

Lujo áspero, tosco. Lujo en bruto. Así se podría definir el concepto de este hotel londinense.

Su propietario - arquitecto libanés Rabin Hage- ha querido barajar una concepción más holística de lo que debe representar un hotel lujoso. Para él, la excelencia se encuentra en los detalles, afirmando que la belleza no reside en la perfección.

Siendo así, la decoración y la infraestructura de su hotel son, como poco, sorprendentes. Es un hotel de lujo, sí, pero las paredes de las habitaciones están desconchadas, los televisores tienen más de treinta años, y no todas las habitaciones disponen de cuarto de baño.

En compensación, la excelencia del Rough Luxe Hotel reside en algunos detalles: en una hospitalidad impecable posible gracias al pequeño número de habitaciones, nueve; en la calidad de las camas y colchones; en la decoración insólita pero refinada, que reúne incluso vajillas adquiridas en el remate del emblemático hotel Savoy; en que el hotel tiene su propia galería de arte moderno o que dispone de una carta de vinos exquisita.

Viéndolo así, entendemos el mensaje: nos encontramos ante un hotel que es un curioso diamante en bruto…