Linz - Austria
www.pixelhotel.at
Pero no siempre es así, porque a veces es la inteligencia la que sostiene un proyecto destacado, que se sale de lo normal y aparece como una idea brillante. Y justamente, éste es el caso del Pixel Hotel, en la ciudad de Linz. ¿Y qué tiene de particular este hotel? Pues, como su nombre sugiere veladamente, se trata de un hotel discontinuo, celular, hecho a pequeños pedazos cada uno aislado del otro y distinto.
Dicho en lenguaje comprensible: las habitaciones -o como se quiera llamar a los espacios donde se alojan los clientes- están dispersas en la ciudad. Y cada una tiene sus propias características. Son de su padre y de su madre, pero, por supuesto, elegidas con intención. El pedigrí es variado pero la selección es cuidadosa y se apoya en un concepto de rabiosa modernidad. Y también de humor porque hace que alojarse sea una especie de juego.
Las reservas se hacen por internet desde su página web. Hay que mirar en ella si lo que uno quiere es dormir en un barco amarrado en el Danubio, en una galería de arte, en una vieja carpintería -con una caravana dentro del cuarto- o en lo que fue un estudio de fotografía. Una vez en el lugar encontrarse con la persona encargada y recoger las llaves. Y guardar también los vales para el desayuno que se hacen efectivos en algún establecimiento próximo a 'la habitación'.
Creativo ¿no? Pues hala, para quien quiera cosas distintas, sin caer en las garras del lujo, Linz le ofrece una oportunidad. Que no se diga que la ha dejado escapar.
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